lunes, 17 de agosto de 2009

Capítulo 10 - Bella


Mala idea lo de arreglar el coche. Salí de debajo de él con la cara llena de aceite de motor. Busqué ciegamente el pañuelo que tenía al lado. No lo encontraba.
- ¿Buscas esto? –preguntó una voz
- ¿Jacob?
- No, soy Jack el Destripador –dijo con tono irónico. Me levanté y cogí el pañuelo.
- Será mejor que me ponga a cubierto –dije mientras me limpiaba la cara. Jacob se rió con una sonora carcajada.
- Al parecer no has ido al instituto.
- ¿Qué hora es? –dije ignorando su comentario.
- Creo que las 5...
- ¿Las cinco? –pregunté sorprendida- ¿tan tarde es?
Asintió.
- Llamaste a mi casa, ¿verdad? –preguntó.
- Sí, estabas con tus amigos... –dije con tono huraño. Miró hacia el horizonte, bueno, el poco horizonte que tapaban las casas.
- Ya se está haciendo de noche –dijo.
- ¿Vas a irte? –pregunté.
- Si el chupa... ejem, si él viene, sí.
Miramos hacia el suelo.
- ¿Quieres que te ayude? –preguntó.
- No hace f... –intenté rechistar pero cogió la llave inglesa de mi mano y se puso debajo de mi coche. Estuvimos en silencio una media hora. Yo estaba demasiado preocupada por Charlie para decir si ese silencio era incómodo.
El teléfono sonó tímidamente desde mi casa. Fui corriendo a cogerlo.
- ¿Diga? –pregunté jadeando.
- Hola Bella. –era Charlie- Lo lamenteo, pero me da que hoy llegaré muy tarde a casa.
- Papá, ya me estaba preocupando...
- Lo siento, pero tengo que ir a una urgencia en Port Angeles.
- ¿Una urgencia? –pregunté desconcertada.
- Sí. Al parecer han desaparecido algunas personas...
- De acuerdo. Vuelvo pronto, papá.
- Claro, Bella – y colgó. Volví a fuera.
- ¿Era tu padre? –preguntó Jacob saliendo de debajo del coche lleno de aceite.
- Sí. –dije con tono seco.
- ¿Vas a decirme que te ha dicho?
- No es nada –dije enfadada. Me miró con el ceño fruncido. Pero, rápidamente giró bruscamente su cabeza hacía el horizonte.
- Me tengo que ir –dijo y seguidamente se fue corriendo hacía los árboles.
¿Se iba por qué venía Edward? Seguramente.
Entré a mi casa a la espera de Edward....Pasó media hora y nada, sin rastro de Edward. Me puse a hacer la cena....Cené y Edward aún no había venido. ¿Estaría enfadado conmigo? No creo... Edward no es así.
Toc toc. Escuché. Abrí corriendo la puerta, era Edward, le abracé fuertemente.
Continuará...

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