martes, 18 de agosto de 2009

Capítulo 13 - Jacob


- ¿Es este el libro que ha dicho el profe? –me preguntó Quil.
- Creo que sí... ¿pero el de el profe no era más nuevo?
- Sí –dijo Embry.
Escuché como la campana de la librería se abría. De repente, me vino un olor dulzón a la nariz... un vampiro. Quil, Embry y yo nos giramos a la vez. Una chupasangres con el pelo negro y rizado había entrado a la librería.
- Buenas noches –dijo al entrar y sonrió. Seguramente esa sería la chupasangres que había venido a ver a los Cullen. Era bastante extraño, un vampiro normal habría reaccionado al olernos y nos hubiera atacado. Seguramente no lo ha hecho al estar el dependiente. La chupasangres se puso a ojear los libros. Se la veía que cogía una pila de libros y los ponía en el mostrador. Vi que Quil me miraba, le miré en forma de que se relajara y le puse la mano en el hombro. En cambio, Embry la miraba fijamente. La sanguijuela seguía mirando libros.
-Éste estaría bien...-susurraba- ¡y éste! ¡Éste seguro!... éste no...tampoco... ¡ah! ¡Éste seguro que me encanta!
Seguíamos observándola disimuladamente, pero Embry parecía que no captaba la idea. La miraba intensamente, parecía que los ojos se le iban a salir. Al final, la sanguijuela acabó de coger libros.
- Me llevo estos... 15 libros –le dijo al vendedor. El vendedor, con cara sorprendida los cobró, ella sacó un billete de... ¿500? Y le pagó.
- Quédese con el cambio –dijo con una sonrisa.
- Gracias –dijo el vendedor. Salió por la puerta.
- Vamos –les dije.
- Venga, Embry – dijo Quil y le llevó arrastrando hacía la puerta. Ella se puso unos auriculares a los oidos.
Bien, –pensé- así lo mismo no nos escucha tanto.
Le seguimos con cuidado por el callejón. Ella se paró en seco. Se me paró el corazón. Buscó algo en su bolsa y siguió andando. Tarareaba una canción... si no me equivoco Welcome to the Jungle de Guns ‘N Roses. La seguimos por más callejones hasta que llegamos a un parque, todo estaba a oscuras. Ella se giró tan rápidamente que casi no nos dimos cuenta.
- Si sois acosadores, –nos dijo- es mejor que os alejéis.
Me quedé mirándola, acaso no sabía que éramos licántropos.
- N-no somos acosadores –dijo tímidamente Quil.
- De acuerdo – se giró y siguió andando.
- ¡Espera! –dije y la cogí del hombro.- Eres...la... chica que ha venido a visitar a los Cullen, ¿verdad?
Se me quedó mirándome a los ojos. Sus ojos eran de un marrón medio ambar, aunque tenía un toque de rojo. Ella reaccionó.
- ¿Quiénes sois? –preguntó.
Continuará...

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